Mi nombre es Alejandra y si soy colecho-adicta!

Me pasa últimamente que cada vez que menciono que practico el colecho la gente me queda mirando como si tuviera un problema, si mi hija fuera a desarrollar algun trauma futuro de dependencia o que me hija me va a manipular por el resto de su existencia. Hay veces que me provoca decir: si mi nombre es Alejandra y soy colecho-adicta! En este post les voy a contar porqué en la madriguera nos funciona el colecho y porqué tomamos la decisión con mi esposo de practicarlo hasta que sea necesario. Los seres humanos hemos dejado de vernos como animales. Si nos comparamos con el resto de mamíferos, somos posiblemente los que nacemos más inmaduros, tenemos un desarrollo lento y dependiente por un período largo de tiempo (dependiente en necesidades nutricionales, sociales, emocionales y de transporte). Un bebé  es un ser indefenso, no puede sobrevivir por su cuenta,  si viviéramos en la naturaleza abierta sería una presa fácil.

Un bebé llora por instinto de supervivencia y por ende deja de llorar cuando se siente protegido y seguro. Se ha demostrado científicamente que los bebés al dejarlos llorar generan cortisol (la hormona del estrés). Cuando esta hormona es producida en exceso el bebé puede llegar a vomitar de manera involuntaria.

¿Qué es lo que pasa cuando dejas llorar a un niño hasta que se duerme? El niño no se duerme porque piensa que el llorar no lo conduce a nada, el niño se duerme porque fue sometido a tal nivel de estrés (sentirse desportegido) que secretó tanto cortisol y serotonina (tranquilizantes naturales) que lo doparon y por lo tanto cayó rendido.

Dejando de lado teorías y datos científicos, yo siempre me he dejado guiar por el instinto y mi corazón. Y mi instinto y mi corazón me dicen que debo atender, abrazar y consolar a mi hija cuando ella lo necesite.  Dormir con ella para que sienta nuestro calor, nuestro olor y brindarle seguridad a veces puede ser agotador pero disfrutar de esta sonrisa al despertar me hace pensar que no estoy haciendo las cosas tan mal y que Martina es una bebé muy feliz, segura de sí y lo más importante de todo es que se siente amada.