Hasta que encontré la rutina correcta para Martina! Después de 1 año y casi 2 meses lo conseguí! Martina se duerme sin protestar y sin necesidad de estar prendida a la teta.
Martina fue de esos bebés extraños que no le gusta que los acunen, ni que los carguen para dormir. A penas intentabas ese método, lloraba y se retorcía como un gusano. Como todo lo que hace le gustaba hacerlo sola y a su ritmo. Pero eso sí, debía dormirse casi sin darse cuenta, porque a penas «caía en cuenta» que se había quedado dormida se despertaba furiosa. Era como si le diera rabia dormirse. Ah! y debo mencionar que jamás le gustó la siesta, por lo que llegaba la noche y estaba realmente cansada pero aún así dormirla, era casi misión imposible.
La teta fue mi aliada un laaaargo tiempo, pero esto no podía continuar. Me acuerdo de hacer malabares para sacarle la teta de la boca y que no se despertara, rodar por la cama sin hacer ruido y rodearla de almohadas para que descanse al menos lo que duraba mi cena. Me parecía tierno y normal cuando tenía menos de un año, pero ya está llegando el momento del destete y tenía que encontrar el método de dormirla sin necesidad de «drogarla» con mi pecho.
Siempre creí en los horarios e intenté seguirlos porque les da seguridad a los bebés. En la noche la secuencia iba así, cena, juego, baño, teta y crucemos los dedos que se duerma.
Ahora les cuento mi método, que es el único que me ha funcionado. Martina, cena, la baño, juega un poco, le damos una avena calentita con miel y canela y a la cama. El truco está en cómo la duermo.
A Martina le cuesta relajarse (ella duerme con los puños apretados, igual que se abuelo), es muy activa y hay que intentar bajarle las revoluciones para dormirla si no se despertará en 10 minutos llorando rabiosa (que es lo que me pasaba antes).
Después de la avena, se despide de papá y la llevo al cuarto. Allí le doy un beso de buenas noches, le digo que vamos a apagar las luces porque llegó la hora de dormir. Ella me ayuda a apagarlas y la recuesto sobre la cama. Armo un círculo de almohadas y ella va en medio. Comienzo a hablarle muy suave explicando que debe relajar su cuerpo, voy acariciando las partes que pido que relaje (así le voy enseñando de paso las partes del cuerpo) y le pido que se concentre en mi respiración.
A muchos le va a parecer una tontería o que me pasé de posera pero uso la respiración Ujjayi de yoga. Este tipo de respiración es una respiración sonora que desarrolla la capacidad pulmonar, seda el sistema nervioso y favorece la concentración y meditación. Es evidente que Martina no puede hacer esta respiración aún, pero imagino que el sonido de la respiración Ujjayi tiene un efecto relajante en ella, a mi me hace acordar un poco al sonido del mar. Espero que con el tiempo ella pueda incluirla en su rutina antes de dormir.
Ella se duerme en paz y lo noto en su cara antes de dormirse. Me mira fijamente, sonrie ampliamente cierra los ojos y se duerme. Ese momento de la noche es mi favorito.
No crean que es rápido, toma su tiempo, unos días más otros menos. Pero ya no se despierta molesta por haberse dormido. Después de mucho buscar encontré la manera y me siento feliz.