Llevo ya casi 11 meses dando la teta a Martina, no voy a negar que varias veces se me pasó por la mente abandonar. Los primeros 4 meses fueron muy pero que muy duros para mí, tenía una sobreproducción descomunal y se me terminaban tapando los conductos al menos 3 veces al mes, una verdadera tortura!
Tenía tanta leche que iba congelando para cuando terminara mi descanso de maternidad y que Martina pudiera seguir alimentándose con leche materna(me parece que llegué a tener congeladas 120 bolsitas).
Siempre opté por darle leche a demanda (eso sí nunca dejé pasar más de 4 horas entre toma y toma) y ella tomaba tanta leche que era un bebé enorme que pesaba 8 kilos con 4 meses, eso sí no me molestaba por las noches se las dormía de corrido. (Con el tiempo eso cambió ahora se despierta cada 3 horas).
Se preguntarán porqué no desistí, si resultaba tan doloroso y traumático?
Pues bien la respuesta es simple, como la teta de mamá no hay.
La leche materna a demás de ser dulce, nutritiva y fácil de digerir, tiene algo que ninguna leche de fórmula posee, tiene los anticuerpos de la mamá y ayuda a reforzar el sistema inunológico de tu hijo.
No sólo es beneficioso para tu bebé, está comprobado también que el dar de lactar disminuye enormemente el riesgo de cáncer de mama y como extra bajas todos los kilos del embarazo casi sin esfuerzo! Yo subí 18 kilos con mi embarazo a los 3 meses de dar a luz, sin hacer dietas volví a mi peso original!
Fisiológicamente no podemos discutir sus beneficios, pero no podemos olvidarnos de la parte emocional.
En lo que a mí respecta, dar de lactar es lo máximo. Martina tiene todo su ritual a la hora de «tetear». Para empezar ella ya sabe cuando yo le voy a dar la teta, me mira con cara pícara y se ríe con una carcajada muy especial, se acurruca y me agarra de la mano y con el dedo índice me rasca mi dedo índice, eso la calma, la relaja, se entrega a su mamá. Es tiempo de amor. Al comienzo era su hora de comer, pero ahora es tiempo de paz con su mamá.
Estoy segura que el destete va a ser más complicado para mí que para Martina.