El día que Martina dijo: No quiero más pañal.

Ha sido un largo camino hasta este tan esperado día. Uno siempre escucha: «cada niño tiene su ritmo», «ten paciencia, tranquila, ese día llegará». Y llegó!

Qué les puedo decir uno comienza a desesperarse cuando ya llegan a los 2 años y medio y ni señales de querer dejar el pañal y más aún cuando llega el segundo hijo y eso significa más y más pañales que cambiar!

También uno debe bañarse en aceite y dejar que los comentarios de conocidos y Xs sobre el tema te resbalen. «¿No está grande ya para llevar pañal?», «¿No le enseñas?», «mi hijo lo dejo al año».  Eso si, lo que nunca toleré y me salía el indio era cuando los comentarios iban dirigidos a ella. «¿Aún eres un bebé?», «Yo pensé que eras una niña grande». A ver, a ver, un padre lo puede atajar pero a un niño nunca debes hacerlo sentir menos por llevar un ritmo distinto al resto.

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Martina hasta los 3 años nunca mostró «interés» por el baño. Mucho menos regular sus esfínteres. Recuerdo que hacía pis de a poquitos siempre. Su pañal paraba mojado porque hacía de a puchitos. Y el tema de la depo peor aún con su estreñimiento crónico no era muy regular y eso me dificultaba a mi la tarea.

Cuando tenía 2 años le compré un bacín, la sentaba con sus libros favoritos y naaada. Me sentaba yo y naaada. Sentaba a sus muñecos y hacía como que hacían pis y adivinen que… naaaada! Dije para mí, no será su momento, dejémosla tranquila, ya retomaremos.

A los 2 y medio  con la llegada de Bruno decidí volver a intentarlo, le hice fotos de todo el proceso y las pegué en el baño como una secuencia. Le puse millones de videos para que pida ir al baño. Las canciones las amaba y me las cantaba y me pedía ir al baño, yo me recontra emocionaba pero… naaaada.  Ella solo me pedía para llamar mi atención cuando le estaba dando el pecho a Bruno.  Después iba sola hacía todo lo que las fotos narraban y llegaba su parte favorita jalar la palanca y sacar un montón de papel higiénico, pero claro la parte de la pila o la caca se la saltaba. Ella no quería dejar el pañal, ella veía que yo cambiaba a Bruno y ella no iba a ser menos. Ella no estaba preparada para dejar de ser mi bebé también. Así que lo entendí y la deje en paz.

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A los 3, llegó el pavor al water, creo que el miedo al water viene porque una vez logró hacer caca en el WC y como es taaaan estreñida le dolía muchísimo y comenzó a asociar el WC al dolor y no lo quería ni ver. Hablé con la Gastropediatra que ve a Martina y me dijo que me quedara tranquila que hasta que ella no regule su estreñimiento no dejará el pañal. Y saben que TENÍA RAZÓN!

Martina hoy por hoy es regular va todos los días siguiendo la estricta dieta para la alergia múltiple que tiene. Así que me relaje y no le di más bola al tema. No quise profundizar en sus miedos, así que la dejé.

Llegó el día que me dijo mamá quiero hacer pipí, la lleve sin muchas expectativas. Hizo pis. NO ME LO PODÍA CREER! armé una fiesta! Me pidió una segunda vez y pensé que lo que quería era la fiesta pero no… hizo otra vez! y le fui a poner el pañal para dormir y me pidió que no se lo pusiera. No hemos tenido ningún «accidente» desde entonces.

Así que saco mis conclusiones personales luego de todos los intentos fallidos (Bruno tendrá más suerte porque ya lo entendí). A los niños no se les saca el pañal, los niños lo dejan cuando están listos emocionalmente y físicamente. Es importante estar pendiente de lo que le ocurre a los peques, escucharlos, entenderlos. Siempre apoyarlos, nunca pero nunca hacerlos sentir menos por llevar pañal, eso no es motivo de vergüenza. Para algunos niños representa confort, para otros representa seguridad y confianza, para otros atención por parte de los padres. Tomémonos un tiempo para entenderlos y acompañarlos. Ellos finalmente no lo necesitarán más y llegará el día que te digan Mamá hoy no quiero el pañal y te den la mano y te pidan que los lleves al baño.